El descodificador

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Un atracador entró en una sucursal de la Caja del Mediterráneo de Alicante armado con dos cuchillos jamoneros. No quería dinero, sólo resolver unos papeles. Pidió tres cosas: Una litrona, salir en la televisión y un abogado. Por este orden. La policía, quizá camuflada con monos de repartidores de Mahou, le detuvo durante la entrega de la cerveza. Nunca sabremos qué trámites legales o financieros quería agilizar nuestro forajido, pero debía ser algo peliagudo para tener que recurrir a dos armas tan letales como el miedo (los jamoneros) y el poder mediático (la televisión).

Salvando las enormes distancias, Gadafi y sus secuaces están empleando en Libia una política represora similar, basada en la garrota y el control de los medios de comunicación. Las consecuencias están siendo diametralmente opuestas: la brutal actuación del ejército y la policía de Gadafi ha causado ya cientos de muertos. Fuera de Libia sólo podemos ver algunas imágenes capturadas con teléfonos móviles. Mientras, Saif el Islam El Gadafi, hijo del dictador, utiliza la televisión para lanzar mensajes amenazadores: “Esto va a ser peor que Irak y Yugoslavia”.

¿Dónde consiguen los dictadores las armas con las que matan a la población civil? En los países democráticos. España aumentó un 44% su venta de armas durante la crisis, exportando en 2009 material militar por valor de 1.346 millones de euros. Durante años, casi la mitad de las armas que hemos vendido han tenido como destino países no democráticos.

Los estados del Magreb y Oriente Próximo, esos cuyas poblaciones se están rebelando contra la tiranía, la corrupción y la injusticia social, son unos excelentes clientes. Por si usted no lo sabía, Libia e Irán suman el 50% del material de doble uso, militar y civil, vendido por España en 2009. Y el país de Gadafi utiliza tecnología vasca para sus armas y programas nucleares. Es más, en estos momentos España está a punto de cerrar la venta de 250 carros de combate a Arabia Saudí, otro país sin elecciones y con manifestaciones y disturbios, por 3.000 millones de euros, el mayor negocio armamentístico de la industria militar española. Finalmente le recordaré que las exportaciones de armas a Marruecos, un país en el que soplan vientos de cambio, crecieron un 923% durante 2008, pasando de 11,13 a 113,90 millones de euros, aumento que convirtió a la dictadura más próxima a nuestro país en el tercer cliente de la industria militar española, con el 12,2% del total de exportaciones.

Son los habituales ejercicios de hipocresía y cinismo de los países democráticos, capaces de aceptar sin inmutarse petrodólares manchados de sangre. Un último ejemplo de esta doble moral nos lo ofrece el Rey. Siguiendo los pasos de José Bono en Guinea Ecuatorial, Juan Carlos muestra su apoyo a Kuwait de la mejor forma posible: viajando a la región en conflicto. Invitado por el emir, el próximo sábado Juan Carlos visitará este país petrolero, donde coincidirá con su colega el rey de Marruecos.

Le dejo con algunas imágenes del álbum familiar de Gadafi padre…

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P.D.

Ironía densa y discutible la de Fernando Savater cuando, entrevistado en Telecinco, dijo: «me he divertido mucho con el terrorismo». Y agradeció que ETA le haya hecho «estar vivo, activo, metido en política y jóven». «Personalmente no solamente no estoy enojado sino al contrario. Casi lo agradezco porque me han dado 15 o 20 años más de juventud», aseguró el filósofo con una sonrisa en la boca.

“Cómplice y asesino, van por el mismo camino”. Anónimo.

El pobre Mubarak, un dictador de manual pese a considerarse socialdemócrata y pertenecer hasta hace cuatro días a la Internacional Socialista, ha caído en desgracia: la comunidad política internacional le está dando la espalda y, tarde o temprano, y siempre en contra de su voluntad totalitarista, tendrá que abandonar Egipto y gastarse la fortuna que ha robado en burdeles y casinos de alguna ciudad europea. Mientras se solucionan los flecos de este derrocamiento, el de un sátrapa ya amortizado, otros tiranos en activo reciben la visita cordial y oficial de los mismos que exigen democracia en Egipto. Disfrutemos pues de la máxima expresión de la política: la hipocresía.

Una delegación del Congreso de los Diputados, encabezada por el socialista José Bono, se encuentra en estos momentos de visita oficial en Guinea Ecuatorial, el país más corrupto del mundo después de la República Democrática del Congo (según el Fondo Monetario Internacional). A los ilustres viajeros, entre los que se encuentra Duran i Lleida (ya saben, el diputado que no quiere funcionarios y gente pobre en el Congreso), les ha recibido nada más y nada menos que Teodoro Obiang, presidente del país y uno de los dictadores más longevos, crueles y voraces de África. Concretamente el octavo líder mundial más rico, según la revista ‘Forbes’, con más de 600 millones de euros de patrimonio. Una cifra sorprendente, si tenemos en cuenta que la población guineana sobrevive con una media de dos dólares al día, tres de cada cuatro personas sufren malnutrición, y el Gobierno sólo invierte el 1% del presupuesto del país en sanidad, el índice más bajo de los países africanos investigados por el FMI.

Alguien podría pensar que el viaje organizado por  Bono con dinero público tiene sentido, puesto que nuestros representantes exigirán a Obing que deje de robar, que deje de secuestrar y matar, y que convoque unas elecciones realmente democráticas, no como las últimas, que ganó encarcelando a la oposición y obteniendo el 99,9% de los votos. Pero yo, que soy un malpensado y un antisocial, creo que éste no es el motivo del viaje…

Creo que la delegación española del Congreso de los Diputados ha ido a la ex colonia a hacer negocios: España es el tercer cliente de Guinea, y el segundo abastecedor, aunque lo cierto es que exportamos poco e importamos mucho, sobre todo petróleo. En un país en descomposición es difícil conocer estadísticas y cifras reales, pero podría servir como ejemplo que en 1998, de los 130 millones de dólares por ingresos petrolíferos que obtuvo Guinea, 96 fueron a parar a las cuentas personales de Obiang.

Nada más abrazarse con Obiang, Bono ha señalado a los medios locales el objeto de la visita: «reforzar los lazos entre nuestros dos países, ya que compartimos una misma cultura, una misma lengua y es necesaria esta unión social. No se puede ignorar lo que nos une, que es muchísimo más de lo que nos separa».  La oficina ecuatoguineana de Información y Prensa confesó que han acordado «transmitir un listado de inversores de la sociedad española con interés en invertir en Guinea Ecuatorial».

“Este viaje de Bono ¿le incomoda o no?”, preguntó Ana Pastor en “Los desayunos de TVE” a Trinidad Jiménez, ministra de Asuntos Exteriores. Jiménez respondió de la manera más brillante e inteligente de la que parecía capaz: “Yo mantengo relación fluida con todos los países, y también con Guinea Ecuatorial, el único país de África en el que se habla español. José Bono me pidió mi opinión, y a mí me pareció muy bien. Bono siempre lo hizo buscando el apoyo de los partidos. Creo que ese viaje es bueno para los intereses de España”.

Siempre ha habido dictadores de primera y dictadores de segunda, como hay políticos de primera y políticos de segunda. En ocasiones, sin importales su categoría, reman en la misma dirección, y se convierten en cómplices.

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P.D.

“La calidad del aire en Madrid es la mejor que hemos tenido en la historia. El paro asfixia más que la contaminación”, dice Ana Botella, flamante concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid. Cuando preguntan a Gallardón por esta respuesta, el alcalde calla. Cómplices.

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“¡Todos los políticos son iguales!”, ladra en la barra del bar un parado de 63 años que sólo ha cotizado a la seguridad social 39 de ellos. Se encuentra en pleno proceso de separación matrimonial y, a punto de perder su casa por no poder pagar la hipoteca, también ha perdido la fe en aquellos que eligió para gobernar. Y en los otros. ¡Pobre ignorante antisistema! La política es la verdad y la vida, es el presente y el futuro, es el poder y la gloria. Y por muy desafortunada que sea su existencia, ese trabajador fracasado debería saber que, como dicen los grandes analistas de la actualidad española, no todos los políticos son iguales. Si no me cree fíjese en el magnífico ejemplo dado estos últimos días por dos ex presidentes, José María Aznar y Felipe González. El primero se ha convertido en asesor externo de Endesa (200.000 euros anuales) mientras que González ha fichado como consejero independiente por Gas Natural (126.500 euros anuales).

Más diferentes, imposible. Aznar lleva bigote y ha fichado por una compañía pública privatizada, mientras que González fuma puros y ha sido fichado por una empresa pública privatizada. ¿Ven cómo no todos los políticos son iguales?

Es bien sabido que con la energía pasa como con el dinero: ni se crea ni se destruye, se consume. El presidente del Congreso José Bono se encuentra en estos momentos en Líbano, encabezando una delegación parlamentaria que ha viajado hasta Oriente Próximo para agradecer su trabajo a los cascos azules españoles. Quizá los soldados hubieran preferido la visita de Shakira, pero Bono ha elegido como compañeros de excursión un amplio grupo de diputados (auténticos cascabeles, eso sí), entre los que se encuentra la vicepresidenta segunda, Ana Pastor, el vicepresidente cuarto Jordi Jané, el secretario primero Javier Barrero, los portavoces de los grupos parlamentarios del PSOE, José Antonio Alonso, de CIU, Josep Antoni Duran i Lleida, del PNV, Josu Iñaki Erkoreka…

Mucha gente, muchos viajes, muchas dietas… No importa: el dinero gastado en políticos siempre está bien empleado. Solucionan nuestros problemas ¿no es así? Un ejemplo: conscientes de que vivimos tiempos de crisis, los presupuestos públicos destinados en España a la enseñanza en 2011 dispondrán de 1.800 millones de euros menos que el pasado año. ¿Ven cómo sí se puede ahorrar?

Con menos dinero para educación aumentará el fracaso escolar. Con mayor fracaso escolar los niños de hoy serán en un futuro adultos más ignorantes. Esos adultos ignorantes tendrán menos posibilidades de encontrar trabajos dignos, y más de estar desempleados y deprimidos. Jamás podrán jubilarse antes de los 65 años, puesto que nunca podrán cotizar 41 años a la seguridad social. Entonces, cuando se encuentren en el bar, hundidos y bebiendo cubatas, dirán: “¡Todos los políticos son iguales!”.

Pero a los políticos actuales no les importará, porque entonces ellos ya no estarán aquí. Les habrá contratado alguna empresa pública privatizada.

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P.D.

No todos los políticos son iguales, evidentemente. Los que sí son clavaditos son los medios de comunicación: si queremos saber con pelos y señales la vida laboral de Aznar tenemos que leer Público, sintonizar la SER o ver La Sexta. Sin embargo si lo que pretendemos es saber los detalles del nuevo curro de González deberemos leer ABC, oír la COPE y ver Intereconomía. ¿Entienden ahora la crisis de los medios de comunicación?

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Un motivo para NO ver la televisión

Elliott Murphy.

Cd: Elliott Murphy.

Desde décadas los discos del gran Elliott Murphy van apareciendo de manera más o menos rutinaria, sin grandes penas, con pocas glorias. Trabajos dignos que reúnen canciones más o menos brillantes que jamás alcanzan la intensidad y belleza de los viejos tiempos: “Aquashow”, “Lost Generation”, “Nigh Lights” y “Just a Story From America” parecen inalcanzables. Eran los años 70…

“Elliott Murphy” no nos devuelve al que considero uno de los más importantes cantautores norteamericanos de todos los tiempos, pero nos hace pasar un buen rato. Es un disco excelente del que es fácil imaginar la fórmula: letras muy cuidadas, auténticos poemas, envueltas en unas melodías construidas con y para la guitarra. Después de más de 30 discos grabados, y cientos de conciertos memorables, Murphy sigue mereciéndo todos nuestros respetos. Es un clásico. ¿La última de las estrellas del rock?


¿Quién dijo que Tomás Gómez no era un político mediático? ¿Quién se atrevió a menospreciar los planes socialistas para derrocar a Esperanza Aguirre en las próximas elecciones? ¿Quién osó dudar de la capacidad del PSOE para crear ilusión en los madrileños de izquierdas? Gómez, flamante secretario general del Partido Socialista de Madrid y candidato a la presidencia de esa comunidad, se mostró en toda su grandeza en “La Noria”, el apestoso programa de Telecinco para la noche de los sábados. Sí, ese escenario sensacionalista y chabacano, el mismo donde Belén Esteban vende sus cirugías y Coto Matamoros desmiente sus adicciones, fue el elegido por el desheredado de Zapatero para arrancar campaña y defender a lo grande sus ideas políticas.

Ni siquiera era una idea genial. Gómez no fue el primer político en revolcarse en el fango: les recuerdo que en ese mismo programa ya pudimos disfrutar de un millonario de izquierdas llamado José Bono. Convertir “La Noria”, territorio natural de buscavidas y exhibicionistas, en plataforma de lanzamiento para políticos nos da una idea de lo preocupante de la situación. Y de la calidad intelectual y moral de unos personajes dispuestos a todo para alcanzar sus fines. Por eso si tuviera que resumir la entrevista en una frase de Gómez sin duda escogería ésta: «En tres semanas estamos consiguiendo más repercusión mediática que en tres años [en los] que hemos trabajado muy duro».

El precio que puede pagar por esa “repercusión mediática”, aparecer en uno de los programas más repugnantes de la televisión actual, no parecía preocupar a un aspirante socialista con aspecto de mirlo blanco. Era sólo cuestión de contrastes, al estar rodeado de aguiluchos de la categoría de Isabel Durán o Miguel Ángel Rodríguez: Gómez se movió con soltura en el nuevo y circense escenario de “La Noria”, un decorado más digno de concurso millonario que de un supuesto programa de debate.

La entrevista en si, el contenido, no tuvo ningún interés. Lo que no impidió que todo el mundo terminase muy satisfecho: los entrevistadores con su cheque, Telecinco con su audiencia y Gómez con su “repercusión mediática”. Quizá el futuro de la política esté en “La Noria”, y aquellos que busquen debates serios, análisis equilibrados y demás zarandajas deban conformarse con los documentales sobre babuinos de La 2. ¿Por qué no? Tal vez las diferencias entre Belén Esteban y José Bono, entre Tomás Gómez y Coto Matamoros, no sean tantas como nos gustaría.

“De la nada a La Noria”, titulaba La Razón en su información sobre la visita de Tomás Gómez a Telecinco. Me temo que tras ver la entrevista se podría dar otra vuelta de tuerca a la frase y decir “De la Noria a la nada”. Esperanza Aguirre está cada día más tranquila…

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Un motivo para NO ver la televisión

Los Pichiciegos.

Autor: Rodolfo Enrique Fogwill.

Editorial: Periférica.

Ha muerto Fogwill, el escritor argentino responsable de esta brillante historia sobre la vida y la supervivencia que, de paso, habla de la guerra, la lealtad y el valor. Una novela “de vivos y de boludos” que, siendo mucho más que una novela bélica, cuenta las aventuras de un grupo de soldados desertores en la guerra de las Malvinas. «Sólo se trata de un experimento de ficción compuesto antes de los primeros testimonios de los combatientes y que no era una novela contra la guerra, sino contra las modalidades dominantes de concebir la guerra y la literatura», aseguró un Fogwill sobrado de ironía y sutileza.

Escrita con el impulso de la cocaína en apenas tres días, “Los pichiciegos” es un libro incalificable y sorprendente que acercó a Fogwill a la genialidad.

El presidente de RTVE, Alberto Oliart, tuvo un lapsus en su última comparecencia ante la comisión mixta de control parlamentaria y llamó «transgénicos» a los transexuales. Puede parecer un chiste de Chiquito de la Calzada, ese hombre pecadoooor que tenía un hijo transgéééé-nico, pero la verdad es que no tiene ni pizca de gracia: a mi me pasa mucho. De hecho a mi amigo Paco, que es transparente desde que tenía ocho años y se ponía la ropa de su hermana, a veces le llamo transformador. Y a veces transformista, e incluso transbordador. Es lo que tiene tener un vocabulario muy rico. Y una cierta edad.

Lo peor de TVE no es que su presidente, más o menos gagá, se equivoque y convierta sus comparecencias parlamentarias en una sopa de letras. Lo verdaderamente dramático es que este hombre, fruto del consenso entre PSOE y PP, no lo olvidemos, confunda el sentido y la razón de ser de la televisión pública. Es decir, que consienta la retirada de programas como “Crónicas” y “En portada” de La 2. Según se ha informado hace unos días, esos espacios históricos y fundamentales pasarán al canal 24 Horas.

Con la edad, una de las pocas cosas que puede mejorar es el criterio. Algo muy útil para saber qué es lo importante, la esencia de lo público, y qué es lo anecdótico, un “transgexual” o unos católicos divorciados. Y digo lo de los divorciados por José Bono, personaje de total actualidad en la prensa supuestamente seria más por su inminente separación, que por ser un socialista de derechas. Bono dice “egque”, y puede resultar gracioso o patético, depende. Pero lo importante ya nunca es lo que dice, demagogia populista, ni cómo lo dice, rebozándose en su propia vanidad, sino lo que hace. Y cómo lo hace. Lo mismo que sucede con Oliart.

Televisivamente hablando, la hipocresía es un don. Gracias a la hipocresía el presentador mediocre se puede convertir en estrella mediática, el tertuliano analfabeto en referente de opinión, el político meapilas en presidente del Congreso y el programa basura en líder de audiencia. La hipocresía es a la televisión lo que el agua al río o el aire a los pulmones: la razón de ser, el aliento, el camino, el motor. Les recuerdo el infinito poder de la hipocresía porque el sábado “La noria”, uno de los excrementos más fétidos expelidos por ese ano audiovisual llamado Telecinco, quiso ofrecer una imagen solidaria. Créanme, es cierto, una imagen solidaria después de habernos regalado algunos de los momentos más sórdidos, depredadores y denigrantes de la televisión moderna: insultos de María Antonia Iglesias y Miguel Ángel Rodríguez, cámara oculta en la muerte de Antonio Puerta, manipulación de una entrevista a la presidenta de la Asociación El Defensor del Paciente, persecución y derribo a famosetes varios, emisión de reportajes sobre menores parricidas, etc, etc, etc…

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“La noria” hizo la pantomima de homenajear a Vicente Ferrer, y teatralizó el apoyo a la candidatura a su fundación por el Nobel de la Paz. Como si a “La noria” o a Telecinco le importasen algo Vicente Ferrer, su fundación o los pobres y desheredados de la tierra. A “La noria” y a Telecinco sólo les importa la audiencia, que supone liderazgo, que quiere decir aumento de la publicidad, que se concreta en más dinero. ¿Vicente Ferrer? ¿Su fundación? Por favor, seamos serios… En “La noria” exhibirían sus restos momificados, vestidos con un traje de lagarterana, si eso les garantizase un punto más de cuota de pantalla.

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El teatro solidario de “La noria” contó, eso sí, con actores de lujo: todo aquel desarrapado que quisiese blanquear su imagen pudo apuntarse al numerito. Ahí estaban, hablando del hambre en el mundo, de las desigualdades sociales y de los niños sin educación personajes como Ana Rosa Quintana, reina de la telebasura, Javier Sardá, rey de la teleñorda, o Indhira, objeto sexual en “Gran Hermano”. Y la duquesa de Alba, con sus palacios, sus títulos y sus hijos jinetes. Pero por encima de todos ellos lució José Bono, el político de izquierdas cuyo negocio hípico ganó en cuatro años 1.258.000 euros. “A algunos les molesta que el presidente del Congreso, y más un socialista, cite las escrituras pero es que Cristo nos lo dejó muy bien dicho…Nos van a juzgar de si dimos de comer al hambriento, de si dimos de beber al sediento, de si dimos posada al peregrino”, afirmó en entrevista enlatada, y sin ruborizarse, el filántropo capaz de reunir en diez años un patrimonio inmobiliario valorado en seis millones de euros.

Pero la cosa no quedó ahí. Jordi González, presentador del engendro, quiso “arrancar una promesa” a Bono: “Dígame usted que el primer sábado que tenga libre va a venir a verme, va a ir al plató, se va a subir a «La noria», me va a dar una entrevista y vamos a hablar de todo: de lo divino y de lo humano, de lo político y de lo social, de la crisis económica que nos tiene hartos… De todo. Dígame que sí”. No tuvo que apretar demasiado al político con alma de monaguillo. Bono estaba entregado: “Ya le digo que sí por una razón muy simple, a mí me cae bien usted. Tiene el aspecto de las personas buenas y yo no detesto ni rechazo, como si me estuviese asentando en la aristocracia de la política. Yo soy de un pueblo pequeño, de Salobre, soy hijo de un tendero y nieto de un arriero y de un labrador. Mire, con la verdad se va a todas partes, y también a «La noria», allí me tendrá”.

¿Han controlado ya las náuseas? Bien, pues no suelten la bolsa porque continuamos… Jordi González hizo un numerito innecesario: Bono y Telecinco son viejos amigos. El pasado mes de mayo “La noria” ofreció a los telespectadores la posibilidad de votar en un debate telefónico de pago titulado «¿Está Bono siendo acosado?, vote sí o no». Esa misma mañana, los afiliados al PSOE de Castilla-La Mancha recibieron este SMS: «Importante hoy en programa La Noria Tele 5 apoya a José Bono enviando un sms vota sí a que los ataques a su persona responden a una estrategia de la derecha». Por la tarde, unas horas antes del comienzo del programa, recibieron otro: «Atención ya se puede votar en apoyo a José Bono visita la web http://www.telecinco.es».

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¡Pobre Vicente Ferrer, icono solidario en manos del “hijo de un tendero y nieto de un arriero y de un labrador”! Y también de González, Ana Rosa y el resto de aristócratas de la hipocresía. Una hipocresía que se ha convertido en categoría moral, en valor añadido. Habitualmente todos estos personajes resultan repelentes, pero cuando utilizan la pobreza y la miseria ajenas como banderas para vender su imagen, su programa,  reflejan una falta de pudor, de moral y de principios especialmente repugnantes. Puede que tuviese razón el dramaturgo español Tamayo y Baus cuando dijo aquello de que “la hipocresía y la culpa son hermanas gemelas”.

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P.D.1

El Telediario (TVE) de mediodía del sábado se adelantó media hora a su horario habitual y duró apenas veinte minutos. ¿Motivo? Los entrenamientos del Gran Premio de Gran Bretaña de motociclismo. Sí, los entrenamientos. No la carrera fundamental para que un español se proclamase campeón del mundo, no. Los entrenamientos. El domingo la cosa fue parecida: un informativo de un cuarto de hora, de 15.00 a 15.16, para dar paso a la carrera de 125 c.c. ¿Es normal este desprecio por la información en la televisión pública? Les recuerdo que Teledeporte, el canal de deportes de TVE, estaba emitiendo en esos  momentos exactamente la misma señal que La 1: las carreras, y los entrenamientos, del campeonato del mundo de motociclismo.

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Un motivo para NO ver la televisión

La magnífica entrevista de Julio Valdeón Blanco a  Patti Smith en elmundo.es

– Primera parte

– Segunda parte

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Otro motivo para NO ver la televisión

Stormy Mondays.

EP: On My Radio.

Nuevo disco de Stormy Mondays, una de las bandas españolas más interesantes de los últimos años. Cinco temas, algunos tan brillantes como el que abre el disco (“Nothing On my Radio”), que se pueden descargar de forma gratuita desde su web. La incomparable relación calidad-precio hace que esta séptima entrega de los Stormy Mondays sea absolutamente imprescindible. Como siempre canciones excelentes, guitarras luminosas y un sonido auténtico.

Descargar EP

En 1974 Jon Landau, crítico de la revista norteamericana Rolling Stone, escribió al salir de un concierto: “hoy he visto el futuro del rock and roll y su nombre es Bruce Springsteen”. 36 años después, este modesto bloguero sale del cuarto de baño, donde ha permanecido por espacio de catorce minutos leyendo una página del periódico, y escribe: “Hoy he visto el futuro del socialismo y su nombre es José Bono”.

El baño es el de mi casa, el periódico El País, y la página leída incluye una noticia firmada por José María Irujo titulada así: “Porcelanosa pagó obras de El Pocero en la Hípica de Bono”. Una información densa y jugosa, con tantos datos, cifras, empresas y giros de guión que exige varias lecturas. Tantas como para que, pese a tener los intestinos vacios, se me revuelvan las tripas. Les resumiré el caso: José Bono, socialista, presidente del Congreso de los Diputados y dueño de la rentable Hípica Almenara, es “el hombre que susurra al oído de los poceros”.

Bono es un socialista de derechas. En el PSOE das una patada a un bote y te salen 20 ó 30 socialistas de derechas. Felipe González, que es un visionario y un gurú de calado internacional, supo anticiparse a los tiempos actuales y nombró en 1982 a Miguel Boyer ministro de Economía. González cree tanto en el socialismo de derechas que hasta tiene cortijo: es el presidente del Consejo de Participación de Doñana. ¿Será rociero y “saltará la reja”? No todos los socialistas de derechas comulgan, como Bono, pero sí todos están de acuerdo en que el socialismo moderno consiste en igualar el nivel económico del pueblo “por arriba”. ¿Por qué conformarnos con un sueldo justo, una sanidad digna y una enseñanza de calidad? El nuevo socialismo mira mucho más allá que el austero Pablo Iglesias, puesto que ve con buenos ojos que un militante socialista sea propietario de una hípica como la de Bono, capaz de ganar en cuatro años 1.258.000 euros. O que, como Bono, sea capaz de reunir en diez años un patrimonio inmobiliario (nueve viviendas, un local comercial y tres parcelas) valorado en seis millones de euros.

Aprovechando las circunstancias, y en un desesperado intento por tapar el Gürtel con una cortina de humo, el Partido Popular ha organizado una campaña para desprestigiar a Bono. “Ya se desprestigia solo”, pensarán algunos de ustedes. Pero lo cierto es que entre los “amigos del alma” y el ex presidente de Castilla-La Mancha parece que hay diferencias, tantas como para que en el primer caso las juzgue un tribunal y en el segundo, los votantes de izquierdas que le queden al PSOE. Mientras no se demuestre lo contrario, Bono no un corrupto, sino un socialista de derechas. Que es algo muy diferente, ¿verdad?

Ser de izquierdas en las condiciones de Bono tiene que ser una pasada. Buenos restaurantes, caballos de raza, cochazos, chófer, vacaciones exclusivas en espacios protegidos, patrimonios millonarios, jubilación en empresas privadas… El futuro del socialismo. Otro socialista de derechas, Jaume  Roures, productor de cine y televisión, dueño de un periódico y una cadena de televisión de pago y accionista de otra en abierto, regalaba el sábado con su diario “La crisis del capitalismo”, de Karl Marx. En la página 84 de este delicioso librito el pensador alemán define con gran precisión, en apenas una docena de palabras, el momento que vivimos. Y el socialismo de derechas: “Cuando los hombres producen para sí mismos, en efecto, no hay crisis”.

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Un motivo para VER la televisión

Discursos del Presidente José Bono. 1983-1995.

Autor: José Bono.

Editorial: Castilla-La Mancha.

Encuadernación primorosa, tapa dura, sobrecubierta con imagen de Cabañeros y elegante marca páginas de tela roja para un libro de formato recio y 1.630 gramos de peso. Se nota que el Servicio de Publicaciones de la Comunidad de Castilla-La Mancha no reparó en gastos a la hora de editar este clásico de la megalomanía humana. Todo un best seller que obligó a lanzar otros tres tomos, con los discursos de Bono en los años 1995-1997, 1997-2.000 y 2.000-2002.

A lo largo de las más de 500 páginas de este volumen, el lector ávido de lugares comunes, tópicos y frases huecas puede disfrutar como un energúmeno. Destacaría las imágenes, decenas de  fotografías a todo color, en las que se puede ver a José Bono en solitario, posando con porte hidalgo, o acompañado de personalidades tan ilustres como los Reyes de España, el Cardenal Primado Don Marcelo González, Sara Montiel, José Luis Perales o Luis Cobos.

El lector masoquista, que lo hay (recuerde que se editan libros de Juan Manuel de Prada, Lucía Etxeberría y Ana Rosa Quintana) puede adquirir un ejemplar vintage de los discursos de Bono a través de Iberlibro al módico precio de 60 euros. Una ganga. Si lo abre por la página 227 sabrá que el 1 de julio de 1993, en Santander, José Bono dijo: “Me define una doble condición. Condición de socialista y condición de castellano-manchego. Como socialista, no tengo catecismo pero respeto a los clásicos. No me preocupa estar de parte de Pablo Iglesias sino, más bien, saber si él estaría hoy aquí de nuestra parte”.

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P.D.

El pasado sábado el diario Público salió al kiosko en clara inferioridad con respecto a sus rivales: no tenía ni anuncios de putas en el interior, ni fotografías de toreros medio muertos en su portada. La imagen de Julio Aparicio convertido en pincho moruno por obra y gracia de Opíparo, el toro que le atravesó la boca en Las Ventas, ocupó las portadas de todos los periódicos. Menos Público. En televisión, la cornada sigue ocupando espacio en los informativos de todas las cadenas cuarenta y ocho horas después, con las imágenes repetidas una y otra vez, y ralentizadas, para que el telespectador pueda ver con todo lujo de detalles cómo el pitón atraviesa la región submandibular, rompe la lengua, destroza el paladar y, finalmente, sale por el maxilar superior haciéndolo pedazos.

“Hubo una cornada en Las Ventas, y no podemos robar esa información al lector”, responderán ante la acusación de amarillismo los diarios “serios”, esos que incluyeron la foto en portada. La imagen es desagradable, de acuerdo, pero todo sea por estar bien informado ¿verdad? Esto quiere decir que los que leemos Público estamos mal informados, ¿no es así? Sin teléfonos de putas y sin ver la cornada a Aparicio no sé ni cómo nos atrevemos a salir a la calle, la verdad.

Dicho esto, reconozco que si yo fuese director de un periódico hubiese publicado la foto. Pero con ánimo de vender más periódicos, no de informar a nadie de nada. No me gustaría terminar como el legendario diario El Caso, que cerró por razones obvias: perdieron la exclusividad del crimen, del accidente mortal, de la sangre. Los periódicos “serios” comenzaron a incluir sucesos en sus páginas y el pobre Caso, huérfano de contenidos, se fue desangrando, qué ironía, hasta morir.

José Bono, el político que habita en un cuerpo de monaguillo, organizó hace unos días una comida con periodistas de periódicos, radios y televisiones en la que pidió que rebajaran en sus informaciones el nivel de crítica sobre los sueldos que reciben los diputados. “Les están insultando por la calle”, dijo Bono. Como ciudadano, me parece muy interesante haber podido conocer esta invitación, puesto que ofrece una versión quizá no inaudita, pero sí poco conocida, de las complicidades entre políticos y periodistas. Seguramente usted no se había enterado, puesto que la mayoría de los medios de comunicación invitados no han dicho ni pío. Un silencio que hace años, en los tiempos del periodismo heroico, hubiese estado plenamente justificado: dar la exclusiva, organizar reportajes sobre los sueldos de sus señorías o comenzar a investigar el patrimonio de Bono hubiese supuesto levantarse de la mesa, salir pitando a la redacción y renunciar al postre, el cafelillo y el copazo. Además, tratándose de Bono no sería raro que hubiese repartido relojes entre los comensales antes de pedir la cuenta.

Pero ese silencio ahora, en estos tiempos tan modernos y avanzados a nivel periodístico, es injustificable, puesto que un buen profesional no hubiese tenido que renunciar a la recta final de la comilona para informar: ¡Usaría Twitter! Gracias a este invento, un servicio de microblogging que permite enviar textos breves, hubiesen podido dar la noticia sin dejar de saborear el arroz con leche, el cortadito y el whisky de Malta (recuerden que paga Bono). El teléfono del periodista del siglo XXI hubiese echado tanto humo como los puros cubanos con que el ex presidente castellano manchego (le quedan unas cajitas de la boda de su hija) podría haber culminado el ágape. Transcribo el imaginario twitteo del periodista del siglo XXI:

–        Salgo de la redacción. Parece que va a llover. O igual no.

–        Atasco en la Castellana. Este Gallardón…me la suda: paso la nota del taxi.

–        Restaurante de postín. Seguro que paga Bono con su tarjeta de «empresa».

–        Al salir del pelas se me cae la Blackberry. Chungo, tengo poca batería en el I-Phone.

–        Voy a entrar.

–        Estoy dentro, voy a saludar y a pedir una caña.

–        Me tomo la caña. Pedro J. toma agua con gas, después de analizar cuidadosamente la composición química de la etiqueta del Vichy.

–        Ayer cené pescado. Me voy a pedir un chuletón, que un día es un día.

–        Estoy entre los del ABC y La Razón. Ni ellos ni Bono han dicho nada de bendecir la mesa.

–        Rácanos con las entradas. Cada vez me gusta menos compartir los primeros.

–        Bono dice algo de sueldos y de diputados, pero está en el otro lado de la mesa y no le escucho bien. Ricas croquetas.

–        La carne está algo fría, pero rica. Pido patatas fritas.

–        El de la COPE dice que tiene perro, que le guarden los huesos en una bolsa. ¡Qué cutre!

–        ¿Natillas o torrijas? ¿Algún consejo?

Si usted utiliza Twitter, estará de acuerdo conmigo en que aquellos que aseguran que el periodismo agoniza están mal de la cabeza. Twitter está aquí para salvar el negocio, es decir, para devolver la credibilidad a la prensa, para que las grandes empresas de comunicación rediman sus culpas, compensen su falta de imaginación y, lo que es más importante, vuelvan a tener jugosos beneficios.

Quien dice Twitter dice nuevas tecnologías. Precisamente estos días TVE ha emitido un interesante reportaje de Ángela Rodicio sobre el futuro de la prensa. Entre los gurús que opinan sobre el tema, Pedro J. Ramírez, que aprovecha para presentar un nuevo producto de pago. Se ve bonito, suena espléndido, tiene un diseño brillante, pero piensen, piensen. ¿Qué es lo realmente importante en esto de la información y el periodismo? ¿Cómo y dónde me cuentan que el 11-M fue culpa de ETA, o que me cuenten que el 11-M fue culpa de ETA? La crisis es del papel, dicen, pero yo no descarto que algo de responsabilidad la tengan la ausencia de rigor, de moral, de imaginación, de creatividad, de periodismo…

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P.D.

¿Quién dijo que no se notaba la mano de Alberto Oliart al frente de TVE? En cuanto ha tenido ocasión ha marcado paquete. No le ha temblado la mano a la hora de librarse de esos anarquistas de Muchachada Nui. ¿Y qué me dicen de su respuesta a los huelguistas, que ayer mismo pretendían paralizar el Ente? No se me ocurre una mejor manera de contestar a estos peligrosos revolucionarios que rellenando los huecos matinales dejados por la subversión con dos películas clásicas: una de Manolo Escobar y otra de Paco Martínez Soria. ¿Cómo decía aquella promoción de TVE? Ya me acuerdo: “porque alguien lo quiere así”.

P.D.2

Bruce Springsteen y los derechos de autor. Un periódico de NY, el Daily News, publicó que el boss había demando a un restaurante de la Gran Manzana (Connolly Pub & Restaurante) por violar los derechos de autor al permitir en su local una actuación en la que se interpretaron dos canciones suyas: “Growin´Up” y “Because teh Night”. Según el diario, la ASCAP (SGAE de los USA, que defiende los derechos de autor) reclamaba 30.000 dólares.

Springsteen se ha visto obligado a realizar un comunicado en el que solicita que se retire la demanda: “Bruce Springsteen no tenía conocimiento de esta demanda, ni se le preguntó si quería participar, como demandante, y no habría aceptado hacerlo si se le hubiese solicitado. Al enterarse de esta demanda, los representantes de Bruce Springsteen, exigen el retiro inmediato de la misma”.

Bruce en su casa de New Jersey…

Un motivo para NO ver la televisión

Jason & The Scorchers.

CD: Halcyon Time.

Regresa la banda de Jason Ringenberg, los inolvidables Scorchers. Y lo hacen en plena forma: suenan como si estuvieran en los ochenta, cuando eran aquellos Ramones cruzados con Gram Parsons que grababan aceleradas versiones de Dylan (ese “Absolutely Sweet Mary” es historia). ¿Cowpunk? No, sólo country y rock and roll. Jason es un responsable padre de familia que pasa de los cincuenta, ha grabado en solitario discos para niños (y otros para adultos espídicos, bien es cierto) y actúa en bares de medio pelo. Los Scorchers han alimentado sus carreras en solitario con diferentes fortunas. Juntos son más fuertes.

“Halcyon Time” es su primer disco de estudio desde el 96, pero suena a los viejos Scorchers, esa sabia mezcla de rock enfurecido y baladas. Y esto no es lo mejor: en mayo, gira por España. De momento el 20 en Bilbao y el 22 en Valencia. Imprescindibles. Tanto como esta inolvidable versión…


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