Posts Tagged ‘El hormiguero’
soberbia y opacidad
Posted martes, 14 septiembre, 2010
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Arturo Pérez Reverte, pedazo de académico, está que trina: ¡un político desalmado quería saber cuánto cobra el escritor! ¿La cifra del adelanto editorial por su nueva novela? No, eso queda entre Alfaguara y él. ¿Su sueldo como columnista de ABC? No, eso queda entre el director del periódico y él. El político curioso se llama Sebastián Terrada, y es concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Cádiz. Terrada quiso saber cuánto iba a cobrar Reverte en calidad de comisario de la exposición conmemorativa del bicentenario de la Constitución de 1812, y en qué iba a consistir el trabajo para el que había sido contratado por el Ayuntamiento de su ciudad. ¡Será impertinente el tal Terrada! Enfadado y digno como sólo un miembro de la Real Academia Española de la Lengua puede estarlo, Reverte ha dimitido: “me conozco un poco y sé que al final acabaré ciscándome públicamente en la puta madre de alguien, y la liaremos. Así que mejor me quito de en medio”, aseguró en un arrebato de genialidad lingüística.
La fusión entre la soberbia de un escritor de éxito y la opacidad de un ayuntamiento sólo podía terminar así. En una enorme y pestilente ciscada. Si le interesa el tema, no se pierda el magnífico post de Rafael Reig “Vuelve la superpotencia de Pérez”. A mí, a estas alturas y si tengo que serle sincero, la soberbia del escritor me la refanfinfla: seguramente no coincidiré con él en mi vida. Sin embargo la opacidad de los ayuntamientos me preocupa muchísimo. Al de Cádiz parece no interesarle que se sepa que pensaba pagar 174.000 euros a Reverte. Pero le recuerdo que no hay crímenes pequeños… El ayuntamiento de mi pueblo ni siquiera quiere que los vecinos asistan a los plenos: cuelgan la convocatoria en el bar con sólo unas horas de antelación. ¿Cuál es la razón de este secretismo? Varias y muy sucias. Les contaré una: en el penúltimo pleno, celebrado el pasado 4 de junio, se aprobaron las cuentas generales de los presupuestos de 2005, 2006, 2007 y 2008. Con dos cojones y varios años de retraso.
Los ayuntamientos están al servicio del pueblo. ¿Es tan difícil de comprender? Por si quedaban dudas, anoche entrevistaron a Julián Muñoz en “Enemigos íntimos”, una de las bazofias emitidas habitualmente por Telecinco. Muñoz representa lo peor de la política municipal: la corrupción. Debería ser un personaje marginal, al que su condición de estafador obligase a vivir en una cueva, alejado de la sociedad honrada y respetable. No es así. Cachuli se pasea por España como una estrella mediática, entre aplausos, con la soberbia de aquellos que se ciscan «públicamente en la puta madre de alguien». O de todos.
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P.D.
Tres años después, Fernando Alonso volvió a pisar un programa de televisión. “El Hormiguero” (Cuatro), de Pablo Motos, fue quien tuvo la suerte de tener en exclusiva al campeón después de un fin de semana mágico en otra cadena (La sexta). Una buena gestión, qué duda cabe, acompañada incluso de publicidad del Banco de Santander. A Andreu Buenafuente, presentador y accionista de La Sexta, no le sentó nada bien la presencia del piloto de Ferrari en la competencia, como parece indicar su texto en twitter. Leer poniendo voz de Al Capone: “Mi opinión? No tiene mucha importancia. Sólo recordar que la SEXTA ha pagado una fortuna. Alonso verá. Me voy a tosr un café”. El error en la frase final, tosr por tomar, denota nervios. Y precipitación. Algunas de las trampas mortales de twitter.
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Un motivo para NO ver la televisión
The Runaways
Vi la película hace unos meses, en un avión, y me pereció entretenida. No es “El Padrino”, ni siquiera es “I´m Not There”, pero merece la pena sólo por dos cosas. El sorprendente parecido del actor Michael Shannon con el gran Kim Fowley. Y escuchar una vez más a Joan Jett y su gran “Crimson & Clover”…
zapatero no existe
Posted lunes, 30 agosto, 2010
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“De ahí viene todo el mal: Dios es un hombre”. Jean Giraudoux.
La política cada vez se parece más a la religión: es una cuestión de fe. Les pondré un ejemplo. O crees en Zapatero con los ojos cerrados, sin hacerte preguntas incómodas sobre su talento, sin cuestionar su gestión, sin poner en duda su socialdemocracia… O no crees en Zapatero. La culpa la tienen los hechos, lógicamente. Ante la ausencia de pruebas tangibles o evidencias racionales sobre su capacidad para gobernar, nuestro presidente queda reducido a simple cuestión de dogma.
Le cuento todo esto tras leer en Público que el Gobierno archiva la Ley de Libertad Religiosa porque piensa “que no es el momento para abrir un frente laicista”. Una Ley de Libertad Religiosa que fue, le recuerdo, promesa electoral de Zapatero. “¿Y qué? También lo fue desmantelar las nucleares”, dirá con toda la razón el lector más avispado. Mientras no fijemos por ley sancionar a los políticos que no cumplan sus programas electorales deberemos conformarnos con quemarles en la hoguera de la indiferencia electoral. Tibio con la Iglesia, con la memoria histórica, con los bancos, con el urbanismo salvaje… ¿No será que Zapatero se ha convertido en un “blandengue”? Es duro asumir que nuestro líder pertenezca a esa subespecie masculina “de la bolsa de la compra y el carrito del niño” que tanto detestaba El Fary (ver post de ayer). Prefiero creer que ha alcanzado un nivel intelectual y moral superior que le ha convertido en una deidad suprema.
Yo creía que la izquierda divina era otra cosa. Ya saben, esos socialistas que viven como dioses. Quién nos iba a decir que Zapatero y Dios juegan en la misma liga… ¿La de los elevados entes celestiales? No, la de los etéreos seres inexistentes. Como el Yeti o Nessie. Cuestión de criptozoología, más que de política o religión.
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P.D.
“El hormiguero” (Cuatro) regresó de las vacaciones con record de audiencia (casi un 20% y 2.5 millones de espectadores) gracias a la visita de Jackie Chan y Will Smith y su familia. Una bombilla iluminó los resecos cerebros de los genios de la televisión: puesto que un invitado potente ha supuesto un gran éxito, los programas de corte similar (humor simplón) deberán apuntarse al carro de los visitantes ilustres. Ayer la nueva temporada de “Sé lo que hicisteis” (La Sexta) arrancó con Wyoming y Buenafuente, y “Tonterias las justas” (Cuatro) tuvo como invitado a Javier Sardá.
El experimento promocional resulto patético. Ni siquiera Wyoming y Buenafuente, sin guión y sin gags (apenas dos chistes grabados), pudieron despertar el menor interés en un programa absolutamente agotado. En Cuatro, la última y más histriónica versión de Sardá intentó adueñarse de “Tonterias”. Sólo la imitación de Florentino de los andares minusválidos de Mariano Mariano resultó tan desafortunada.
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Un motivo para NO ver la televisión
The Jayhawks
Cd: The Jayhawks (“The Bunkhouse Album”).
Le confesaré una cosa: soy el afortunado propietario de una de las dos mil copias que se imprimieron en 1986 del primer disco de los entonces desconocidos Jayhawks. Mark Olson me envió por correo un vinilo que, sorprendentemente, llegó integro. Mientras escribo estas líneas disfruto mirando su enorme carátula de cartón grueso y la carta de Mark mostrando toda su ilusión por cómo sonaba su primera grabación. Conocido por los seguidores de la banda de Minneapolis como “The Bunkhouse Album”, este disco era una de las joyas más buscadas por los amantes de las guitarras campestres, las voces sincronizadas y las melodías inolvidables. Y digo era porque acaba de editarse en forma de CD…
El primer disco de The Jayhawks fue la germinación de la semilla sembrada por un genio absoluto e incuestionable llamado Gram Parsons. Un peldaño más en la historia del country rock alternativo, en este caso con fascinantes toques pop y una reverencia absoluta por las canciones frescas y las voces bien ajustadas. Después de estas primeras trece canciones llegaron más temas inolvidables, discos perfectos, buenos conciertos, problemas internos y, finalmente, la disolución de una banda que, en lugar de pasar desapercibida, debería haber marcado una época.
La edición en CD del primer disco de The Jayhawks, una banda nunca suficientemente valorada, es una bendición. Ahí está “Falling Star”, la canción capaz de iluminar la vida más sombría de este mundo. Y cientos de pequeños detalles unidos por acordes que consiguen hacer feliz nuestra existencia. Aire fresco a raudales.